...[Se para junto a la ventana con los ojos llenos de esperanza, confiada en el futuro que les aguarda y con el pecho encendido de aromas de amor. Abre las cortinas impacientemente, luego los cristales y permite que la brisa entre y golpee su rostro. Cierra los ojos decidida a vivir.]...
- Amor, ven... Acércate a la ventana, ven y deja que la brisa nos alcance. Abre tus pulmones, cierra los ojos y muéstrame esa mágia que hay dentro de ti. Si, esa misma mágia que me enamoró el primer día.
Ahora bésame, que no haya más distancia entre tu y yo que el roce de la piel, que no nos separe más que el latido de nuestros corazones... Bésame cariño que la impaciencia de tenerte me hace hervir la sangre. Bésame y siente la lluvia deslizarse por tu rostro. Bésame, para que yo pueda sentir esa lluvia en tu cuerpo... en tus labios... Para que me pierda en tus ojos y miremos juntas la noche.
- Si amor, mojémonos de brisa... que el calor de nuestros cuerpos evapore esas gotas que nos cubren al besarnos.
- Te amo.
- Déjame acompañarte. Esa caricia húmeda viene del cielo amor y nos refresca...
- Te amo, te amo. (La besa tiernamente, pero con efusividad que ya no se esmera en camuflar).
- ... y nos da vida.
-Te adoro.
- Y yo a ti.
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Invitación: vientos cálidos y sumisos me llevan a plasmar trozos de alma. Te envio esos vientos para que puedas hacer lo mismo.
Un beso fraterno y un abrazo infinito.